lunes, 14 de enero de 2013

Óscar tiene frío y El Camello Raúl

                                                              El oso Óscar

Erase una vez un oso llamado Óscar que se pasó todo el invierno durmiendo. Cuando pasó el invierno, llegó la primavera. Se veían todavía restos de nieve y el sol brillaba con ganas. Pero Óscar sentía mucho frío. Pensó que andando podría entrar en calor, pero nada. Se encontró una liebre que le preguntó que le pasaba, le dijo que tenía frío y la liebre salió deprisa a por una manta roja. Óscar se echó la manta y probó a ver si se le quitaba el frío, pero nada. La urraca lo vio tiritando y le dijo que qué le pasaba. Se lo contó todo. La urraca salió volando a por una tableta de chocolate y se la trajo. Caminó y caminó pero nada, no entraba en calor. Se encontró un zorro que  le preguntó que le ocurría. Entonces fue cuando salió a correr. Después trajo leña y, en un momento, encendieron una hoguera. Hasta con la hoguera, todavía tenía frío.Se encontró a su amiga Milagros que le dio un abrazo para que entrara en calor. Después del abrazo, Óscar se sentía recuperado. Milagros sabía que el abrazo de un amigo era lo mejor.

                                                                     FIN
                                                                                  
                                                                                Autor:  Ricardo Alcántar


                                         El cuento del camello Raúl

Erase una vez un camello llamado Raúl. Era otoño y a Raúl le gustaba dormir y dormir. Llegaba el verano y a Raúl le gustaba salir a pasear y a buscar un poco de comida. Cuando salio de su casa sentía mucha calor porque en el otoño hacía frío y en verano en un desierto, hacía bastante calor. Se cogió su bastón para poder andar mejor por que ya tenía 100 años. Así que se  fue al templo perdido haber si había comida. Después de muchas horas caminando llegó al templo y entró en el, allí se encontró a muchos camellos recogiendo hortalizas  que los humanos le habían mandado ha recoger, si no, tenían que ir al calabozo. Raúl se refugió entre unas matas para que no le vieran los guardias. El pensó una idea para liberar a sus amigos camellos. Volvió enseguida a su casa a por unos láser espaciales. Cuando llegó al templo, empezó a disparar con sus pistolas láser a los guardas para poder liberar a sus amigos. Cuando acabo con todos, rescató a todos y se fueron al pueblo para avisar a los policías que habían maltratado a los camellos. Cuando llegaron, se lo contaron todo lo que había ocurrido y los camellos y Raúl se fueron todos juntos a su casa.
                 
                                                                                                   FIN 
              
                                                                                            Autor: Daniel Navarro.

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