Erase una vez una botella que quería ir en busca de el tesoro perdido de la isla de la Calavera, pero le falta alguien con quién ir. Fue buscando por la cuidad, y vio un goma de borrar que le preguntó si le interesaría ir con ella en busca del tesoro. La goma dijo que sí y quedaron las dos a las 6 y cuarto de la mañana. Cuándo llego la hora, las dos se prepararon con su equipaje y se fueron.
Yo: Daniel Navarro
Por el camino había unas barreras de agua que impedían el paso. Entonces a la botella se le ocurrió una idea: Yo me llenaré de agua mientras tu pasas, pero luego me tendrás que ayudar a vaciarme. La goma y la botella tuvieron que soportar durante ese día muchos problemas. El más difícil era el de guardar unas serpientes y llevarlas al monte Shintogy. Cuando estaban a punto de llegar, la goma de borrar se partió y tuvieron que ir en busca de su otra mitad.
Lidia Márquez
No la encontraban por ninguna parte hasta, que se dieron cuenta de que estaba en la orilla de la isla. La cogieron y continuaron con las pruebas, pero al terminar no se lo podían creer. El tesoro estaba allí mismo. Lo desenterraron y lo abrieron. Se dieron cuenta de que no había nada dentro, solo un diploma que ponía: Lo habéis conseguido, habéis llegado hasta aquí sanos y salvos, gracias a que os habéis ayudado mutuamente. Todos muy contentos volvieron a la isla y ya estaban planeando otro nuevo viaje todos juntos.
Paula García
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